Archivo de la categoría: Acuerdo de Taif

La paz de la FPNUL / UNIFIL’S Peace

 

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon acaba de emitir su octavo informe (el 21 de noviembre) acerca de la implementación de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. 

En el verano de 2006 después de la confrontación entre las Fuerzas de Defensas Israelíes (FDI) e Hizbulá, el Consejo de Seguridad de la ONU (11 de agosto) adoptó la Resolución 1701. En ella la comunidad internacional estableció los principios de una solución duradera a la crisis. La Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU pedía el «total cese de las hostilidades»  entre Hizbulá e Israel y reiteraba el «fuerte apoyo de la comunidad internacional al total respeto de la Línea Azul que separa Israel de Líbano». También reclamaba la «total implementación de las relevantes disposiciones del Acuerdo de Taef (1989)», que acabó con la guerra civil libanesa (1975-1989), y el desarme «de todos los grupos armados en Líbano.» 

La Resolución 1701 también incluía la liberación de los soldados israelíes secuestrados y de los prisioneros libaneses, la delineación de las fronteras, especialmente el área de las Granjas de Shebaa. Finalmente, la Resolución 1701 de la ONU pedía el despliegue de 12.770 tropas para unirse al contingente de la FPNUL en Sur del Líbano. Francia, España e Italia aportaron la mitad de ellas. En la actualidad, la FPNUL está apoyada por 51 observadores de la Organización de las Naciones Unidas para la Supervisión de la Tregua (UNTSO) y una Fuerza Marítima actualmente bajo el mando francés. 

En su último informe Ban Ki-moon expresó su satisfacción de que «no había brechas en el cese de las hostilidades» entre Líbano e Israel. Expresó su esperanza de que la actual estabilidad en el Sur del Líbano podría llevar a Líbano y a Israel a alcanzar un «alto el fuego permanente y una solución duradera» al conflicto entre los dos países. 

El secretario general de la ONU subrayó la estrecha cooperación entre la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (FPNUL) y las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL). Ambos partidos han dirigido conjuntamente patrullas de tierra y ejercicios navales de entrenamiento. No obstante, Ban ki-Moon llamó al ejercito libanés a mantener su presencia en el sur «conmensurada con las tareas que debe llevar a cabo allí.» 

Ban ki-Moon también dijo que la actitud general de la población en el Sur del Líbano hacia la FPNUL «se mantuvo normalmente positiva durante el mencionado tiempo» a pesar de pequeños incidentes. 

En su informe, el secretario general de las Naciones Unidas expresó su preocupación acerca de las continuas violaciones israelíes del espacio aéreo. También destacó la capacidad militar propia de Hizbulá, así como la de otros grupos armados diferenciados del estado libanés «en directa contravención con las Resoluciones 1559 (2004) y 1701 (2006) de la ONU.» Ban ki-Moon también mencionó el flujo de armas que sigue atravesando las fronteras sirio-libanesas. Expresó su satisfacción por el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Siria y Líbano que ayudarían en la delineación de las áreas fronterizas entre los dos países. 

Por ultimo, el secretario general de la ONU mencionó la investigación referente a la matanza de seis miembros del contingente español el 24 de junio de 2007. Un equipo de investigación español visitó Líbano entre el 5 y el 11 de noviembre. «Con la aprobación formal de las autoridades libanesas, el equipo de investigación recogió pruebas, custodiadas por el contingente español en la FPNUL, para ser analizadas posteriormente en España.» 

Esta investigación está llevando demasiado tiempo y no calma la preocupación y enfado de los familiares de las víctimas. El gobierno español debía acelerar el proceso a pesar de las implicaciones que puede tener sobre la seguridad del contingente español. 

http://www.un.org/spanish/Depts/dpko/unifil/index.html

  

UNIFIL’S PEACE

 

The UN Secretary-General Ban Ki-moon has just issued his eighth report (November 21) regarding the implementation of UN Security Council Resolution 1701. 

In the summer of 2006 following the confrontation between the Israeli Defense Forces (IDF) and Hezbollah, the UN Security Council (August 11) adopted Resolution 1701.  In it the international community set out the principles of a lasting solution to the crisis. UN Security Council Resolution 1701 called for a «full cessation of hostilities» between Hezbollah and Israel and reiterated the international community’s «strong support for full respect of the Blue Line separating Israel and Lebanon». It also called for the «full implementation of the relevant provisions of the Taef Accord (1989) -that ended the Lebanese civil war (1975-1989)-and the disarmament «of all armed groups in Lebanon.» 

Resolution 1701 also involved the release of the abducted Israeli soldiers and the Lebanese prisoners, as well as the delineation of the border,s especially in the Shebaa Farms area. Finally, UN Resolution 1701 called for the deployment of 12,770 troops to be added to the UNIFIL contingent in South Lebanon.   France, Spain and Italy provided half of this number. UNIFIL is currently supported by 51 United Nations Truce Supervision Organization (UNTSO) observers and a Maritime Task Force currently under French command. 

In his latest report, Ban Ki-moon expressed his satisfaction that there were «no breaches of the cessation of hostilities» between Lebanon and Israel. He expressed his hope that the current stability in South Lebanon could lead Lebanon and Israel to reach a «permanent cease-fire and long-term solution» to the conflict between the two countries. 

The UN Secretary General underscored the close cooperation between the United Nations Interim Force in Lebanon (UNIFIL) and the Lebanese Armed Forces (LAF). Both parties have been conducting joint land patrols and naval training exercises. Nonetheless, Ban ki-Moon called on the Lebanese Army to maintain its presence in the South «commensurate to the tasks it must perform there.» 

Ban ki-Moon also reported that the overall attitude of the population in South Lebanon toward UNIFIL «remained generally positive throughout the reporting period» despite small incidents. 

In his report the UN Secretary-General expressed his concern at the continuing Israeli violations of Lebanese air space. He also underlined the separate military capacity of Hezbollah as well as other armed groups distinct from that of the Lebanese state «in direct contravention of UN Resolutions 1559 (2004) and 1701 (2006).» Ban ki-Moon also mentioned the flow of weapons that is still coming through the Syrian-Lebanese borders. He expressed his satisfaction at the establishment of diplomatic relations between Syria and Lebanon which would help in the delineation of the border areas between the two countries. 

Last but not least, the UN Secretary General mentioned the investigation related to the killing of 6 members of the Spanish contingent in 24 June 2007. A Spanish investigation team visited Lebanon between October 5 and 11. «With the formal endorsement of the Lebanese authorities, the investigation team took items of evidence, held in custody by the Spanish contingent in UNIFIL, for further analysis to Spain.» 

This investigation is taking too long and does not calm the concern and anger of the victims´ relatives. It is a process that the Spanish government ought to speed up despite the implications it may have on the safety of the Spanish contingent. 

http://www.un.org/Depts/dpko/missions/unifil/index.html

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Libano hoy / Lebanon Today

 

Desde la Guerra de Líbano (1975-1990) hasta hoy los asuntos relacionados con la creación de un estado moderno en Líbano siguen sin resolverse. Estos asuntos incluyen cuestiones sobre la identidad, la soberanía, el reparto de poder, la reforma política, y las relaciones con la región y el mundo. 

Existe todavía un choque de visiones en lo referente a la identidad del Líbano. ¿Es un estado democrático moderno en lo referente a libertades básicas? ¿O es una nueva Esparta dominada por una visión del mundo totalitaria de inspiración religiosa? Este asunto no se resolverá en breve ya que los libaneses tendrán que ponerse de acuerdo en qué clase de país quieren. Los libaneses han pasado de periodos en los que la lealtad al estado era fuerte a un momento en el que el sectarismo ha prevalecido. Esa es la situación a día de hoy. ¿Durará? 

A comienzos de este siglo la noción de soberanía está siendo cuestionada por todo tipo de fuerzas centrípetas y centrífugas. En los últimos treinta años la soberanía de Líbano fue violada principalmente por sus vecinos, Siria e Israel, y por organizaciones no gubernamentales tales como la OLP e Hizbulá. A comienzos de los 50 Líbano se afrontaba a dos visiones descarnadas: una política pro-occidental dominada por la Guerra Fría o una visión pan-árabe.  Hoy las visiones han cambiado. ¿Es Líbano un estado pro-occidental o es parte de una extensa visión pan-islámica mayoritariamente iraní? 

Reparto de poder. Aquí radica uno de las principales cuestiones del Líbano contemporáneo. El problema básico es demográfico y su impacto sobre la gobernabilidad. Hasta 1975, el reparto de poder estaba mayormente entre los maronitas y los suníes. Tras el Acuerdo de Taif (1989) que acabó con los 30 años de guerra civil, los chiítas se han convertido en actores fundamentales de la política libanesa, ya que Hizbulá, mitad milicia armada mitad partido político, recibe sus órdenes de Irán. 

Reforma política. Este asunto se ha convertido en un leitmotiv cada vez que Líbano afronta una crisis. Existe una necesidad de desarrollar un nuevo liderazgo que esté dispuesto a abandonar los intereses sectarios por el bienestar nacional. 

Cuestiones de seguridad. Desde Taif, los asuntos relacionados con la seguridad siguen siendo los mismos. ¿Cómo se concilia la presencia de una milicia fuertemente armada y apoyada desde fuera (Hizbulá) con un estado soberano? ¿Cómo se concilian los objetivos sirios, iraníes e israelíes? La respuesta a estas cuestiones será crucial para la seguridad y la supervivencia de Líbano, así como para el apoyo que el país disfruta de sus diversos amigos incluyendo España. 

LEBANON TODAY 

Since the beginning of the Lebanese War (1975-1990) to date the issues marring the creation of a modern state in Lebanon are still unresolved. These issues cover the questions of identity, sovereignty, power sharing, political reform, and relations with the region and the world. 

There is still a clash of visions regarding Lebanon’s identity. Is it a modern democratic state based on the respect of basic freedoms? Or is it a new Sparta dominated by a religiously-inspired totalitarian vision of the world? This issue will not be settled shortly as the Lebanese will have to agree on what kind of country they want. The Lebanese have gone through periods where allegiance to the state was strong to a period where sectarianism has prevailed. This is the situation today. Will it last? 

At the beginning of this century the notion of sovereignty is being challenged by all kinds of centripetal and centrifugal forces.  In the last thirty years Lebanon’s sovereignty was violated mostly by its neighbours, Syria and Israel, and by non-state actors such as the PLO and Hezbollah. In the early 1950s Lebanon was faced with two stark visions: following a pro-Western policy dominated by the Cold War or a pan Arab vision. Today the visions have shifted. Is Lebanon a pro-Western state or is it part of a large pan Islamic mostly Iranian vision? 

Power sharing. Here lies one of the major issues in contemporary Lebanon. The basic problem is demographic and its impact on the issue of governance. Until 1975, power sharing was mostly between the Maronites and the Sunnis. Following the Taif Accord (1989) that ended the 30-year civil war the Shias have become key players in Lebanese politics with Hezbollah an armed militia cum political party receiving orders from Iran. 

Political reform. This issue has become a leitmotiv each time Lebanon faces a crisis. There is a need to develop a new leadership that is willing to shed sectarian interests for the sake of national welfare. 

Security issues.  Since Taif the issues related to security are still the same. How do you reconcile the presence of a heavily armed externally supported militia (Hezbollah) with a sovereign state? How do you reconcile Syrian, Iranian and Israeli objectives? The answer to these questions will be crucial for Lebanon’s security and survival and the support the country enjoys from its various friends including Spain. 

 

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Libano: ¿perdonar u olvidar? / Lebanon: Forgive or Forget?

 

El 13 de abril se conmemora el 33 aniversario del inicio de la guerra civil libanesa en 1975. Esta guerra, que tenía a varios actores, tuvo consecuencias negativas tanto para Líbano como para los libaneses. Más de 100.000 perdieron la vida, miles quedaron heridos o incapacitados, mientras que más de 17.000 desaparecieron. Hasta la fecha su paradero sigue siendo desconocido. 

A lo largo de su historia, la pequeña Tierra de Cedros ha sido siempre un escenario elegido por los actores regionales y globales para sus enfrentamientos. Desde su independencia en 1943, Líbano sigue buscando su identidad y papel en Oriente Medio. La cuestión principal ahora es la supervivencia de la experiencia libanesa como un estado multi comunitario con más de 18 confesiones religiosas.

 Las causas de la Guerra Civil eran muchas. Incluían la ruptura de un acuerdo entre los grupos libaneses más importantes para compartir el poder. Se consensuó un pacto de caballeros en 1943 por el cual los cristianos maronitas siempre ocuparían la presidencia del país, los musulmanes suníes tendrían el puesto de Primer Ministro, mientras que los musulmanes chiíes obtendrían el cargo de Presidente de la Cámara en el Parlamento. Este acuerdo estaba basado en el único censo realizado en Líbano, el cual data de 1932. Desde entonces, la población de Líbano se ha incrementado y el ratio entre cristianos y musulmanes ha cambiado a favor de éstos. 

En 1975 todos los elementos necesarios para desencadenar la violencia durante más de treinta años estaban presentes. Líbano, el lugar preferido para la banca de varios países árabes y no- árabes, perdió su privilegio con la irrupción de las potencias petrolíferas en el Golfo. Internamente, las disparidades económicas y sociales jugaron un papel significativo a la hora de fomentar la guerra. 

Los libaneses maronitas y suníes habían manejado los hilos del poder político, económico y militar hasta entonces. La comunidad chií de Líbano, viviendo en las zonas infradesarrolladas del Sur de Líbano  y el Valle de Bekaa, se organizó y empezó a reclamar una parte importante en el reparto de poder del país. 

Otra causa importante de la guerra civil libanesa era la presencia de los guerrilleros armados palestinos de la OLP. Después del desahucio de la OLP de Jordania en 1969, ésta estableció un estado dentro del propio estado de Líbano. Los líderes palestinos, bajo Yasser Arafat, participaron en la pelea mutua libanesa por el poder. Una coalición musulmana de izquierdas fue creada en alianza con la OLP. Esta coalición luchó contra una coalición de milicias conservadoras cristianas apoyada por EE.UU. y, más tarde, por Israel. 

Para los actores regionales, sobre todo Siria, Egipto, Libia e Irak, la guerra libanesa se convirtió en una herramienta cómoda con la que manipular una facción contra la otra. Armas y fondos fueron proporcionados a las distintas milicias libanesas para perpetuar la guerra. Uno de los asuntos de fondo era el proceso de paz en Oriente Medio y las posiciones relativas que la guerra creó entre los que estaban a favor y los que estaban en contra.

 La guerra civil terminó en 1989 con la firma del Acuerdo de Taif en Arabia Saudita. El proceso de reconstrucción se inició gracias a los esfuerzos del difunto Primer Ministro, Rafiq al Hariri, asesinado en 2004. Su mayor aportación fue la creación de Solidere, una agencia que creó para la reconstrucción de la devastada capital de Beirut. Además de Solidere, Hariri invirtió mucho de su propio dinero y prestigio internacional para que Líbano recobrara su antiguo papel como la Suiza del Este. 

Hoy, los libaneses están otra vez en una encrucijada. El debate sobre la estructura del reparto de poder en el país, así como sus relaciones con sus vecinos sigue tan polarizado como siempre. Esta polarización ha desembocadp en un vacío institucional y una ruptura total del diálogo entre la mayoría y la oposición. 

Hay una canción famosa de la más conocida cantante libanesa Fairouz en la que canta sobre la guerra tinzakar ma tinaad,  Que se la recuerde pero que no se repita. ¿Los libaneses harán caso a esta petición?

http://news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/country_profiles/791071.stm 

 

LEBANON: FORGIVE OR FORGET?

 

April 13 marks the 33d anniversary of the beginning of the Lebanese civil war in 1975. This war which involved several players had negative consequences for Lebanon and the Lebanese. More than 100,000 Lebanese lost their lives, thousands were wounded or disabled, and more than 17,000 have disappeared. Even today their fate is still unknown. 

Throughout its history, the small Land of Cedars has always been a theatre of choice for confrontation between regional and global actors. Since its independence in 1943, Lebanon is still in search of its identity and role in the Middle East. The major question today is the survival of the Lebanese experience as a multi communitarian state with more than 18 religious confessions. 

The causes of the civil war were many. They include a breakdown in the power sharing agreement reached between the major Lebanese groups.  A gentleman’s agreement was reached in 1943 whereby the Maronite Christians would always occupy the presidency of the country, the Sunni Muslims would get the office of prime minister, and the Shia Muslims would obtain the position of the parliament’s speaker. This agreement was based on the only demographic census done in Lebanon dating from 1932. Since then Lebanon’s population has increased and the ratio between Christians and Muslims has changed in favour of the latter. 

In 1975 all the elements were there that would lead to violence lasting for more than thirty years. Lebanon, that was a preferred banking spot for several Arab and other countries, lost its privilege with the emergence of the oil-producing powers in the Gulf. Internally, the economic and social disparities had a major role in leading to the war. 

Maronite and Sunni Lebanese had controlled the major levers of political, economic and military power until then. The Shiite community of Lebanon, living in the underdeveloped areas of South Lebanon and the Bekaa Valley, had a major awakening and began claiming a major share in the power structure of the country. 

Another major cause of the Lebanese civil war was the presence of the Palestinian armed guerrillas belonging to the PLO. Following the PLO’s eviction from Jordan in 1969, the PLO established a state within a state in Lebanon. The Palestinian leadership under Yasser Arafat became part of the internecine Lebanese factional fight for power. A leftist-Muslim coalition was created allied to the PLO. This coalition fought a Western-backed coalition of Christian conservative militias supported by the U.S. and later Israel.

For regional actors, mainly Syria, Israel, Egypt, Libya and Iraq, the Lebanese war became a convenient tool to manipulate one faction against the other. Weapons and monies were channelled to the various Lebanese militias to keep the war going. One of the basic issues was the peace process in the Middle East and the line up it created between its supporters and opponents.

 The civil war ended in 1989 with the signing of the Taef Accord in Saudi Arabia. The process of rebuilding was initiated thanks to the efforts of the late Prime Minister Rafiq al Hariri assassinated in 2004. His major contribution was the creation of Solidere, an agency he formed to rebuild the devastated capital of Beirut. In addition to Solidere, Hariri invested a lot of his money and international prestige to bring Lebanon back to its old role of Switzerland of the East.

 Today, the Lebanese are again at a crossroads. The debate on the country’s power sharing structure and its relations with its neighbours is still as polarized as ever. This polarization has led to an institutional vacuum and a total breakdown in dialogue between majority and opposition.

There is a famous song by the most famous Lebanese singer Fairouz in which she says about the war tinzakar ma tinaad, May it be remembered but not repeated. Will the Lebanese heed this call?

http://news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/country_profiles/791071.stm

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Grupos palestinos islamistas / Palestinian Islamist Groups

 

Los choques recientes entre facciones palestinas en el campo de Ain el Hilwe cerca de la sureña ciudad portuaria de Sidon, han puesto de relieve un elemento preocupante en la compleja situación libanesa. Los diversos enfrentamientos en Ain el Hilwe el fin de semana pasado tuvieron lugar entre la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), liderada por Fatah, y Jund al-Sham. Este segundo grupo pertenece a la «Alianza de Fuerzas Palestinas» que incluye a grupos radicales islamistas como Hamás, Yihad Islámica y Esbat al Ansar (Liga de Partisanos) y Jund al-Sham (antigua denominación de Bilad al Sham, una región que cubre Siria, Líbano, Jordania, Israel y los territorios palestinos). Jund al-Sham es un grupo musulmán radical suní  formado al escindirse Esbat al-Ansar.

En Líbano hoy hay más de 250.000 refugiados palestinos, que desde 1948 están repartidos por 12 campos de refugiados. En 1968, después de los brotes de violencia entre el ejército libanés y la OLP, se firmaron los Acuerdos del Cairo, por los que se otorgó un estatus extraterritorial. El ejército libanés y las fuerzas de seguridad no pueden entrar en los campos. La mayoría de éstos sobreviven gracias a UNRWA (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo) y la OLP.

La presencia palestina en Líbano resulta un asunto complicado para la mayoría de los libaneses. En el Acuerdo de Taif, que dio fin a la guerra civil en 1989, la constitución manifestó una clara oposición a cualquier intento por parte de los refugiados palestinos de permanecer para siempre en el país. Los palestinos en Líbano no ejercen derechos civiles fundamentales, tales como el derecho al trabajo y el de tener un pasaporte libanés.

En el verano de 2007, el choque en el campo de refugiados de Nahr al-Bared entre el ejército libanés y Fatal al Islam, un grupo islamista radical, volvió a abrir una herida dolorosa que había que curar. Según fuentes en Líbano, Fatah procura provocar al ejército libanés para que éste entable una pelea abierta con los grupos islamistas radicales, empeorando las tensiones de manera similar a lo ocurrido en Nahr al-Bared.

Algunos de estos campos se han convertido en centros de fomento para todo tipo de grupos salafistas, así como de criminales buscados que se esconden del estado de derecho libanés. ¿Quiénes son estos grupos? A principios de los noventa, un líder radical palestino llamado Ahmed Abdel Karim al Saadi (también conocido como Abu Mohsen), creó la organización terrorista Esbat al Ansar. Abu Mohsen fue condenado a muerte in absentia por haber matado a un destacado líder musulmán en Beirut. Se cree que Esbat al Ansar es responsable de los diversos atentados acaecidos contra tiendas que venden bebidas alcohólicas y establecimientos religiosos. Con sus 300 miembros, ésta organización terrorista está presente en los campos de refugiados de Ain al Hilwe y de Nahr al Bared (antes de los enfrentamientos del verano pasado con el ejército libanés).

La presencia palestina en Líbano se ha convertido en un comodín, tanto político como militar, para las facciones mayoritarias de la OLP y los grupos salafistas que intentan tomar el control de los campos y reclutar a jóvenes palestinos para que alcen las armas con Al Qaeda en Irak.

Estos grupos salafistas existen y ejercen influencia gracias a los bajos niveles de educación, debidos a la falta de ayuda externa, y a las condiciones miserables que se dan en los campos de refugiados palestinos.

Por último, tanto Siria como Israel utilizan el argumento palestino para desestabilizar a Líbano y mantener la calma en las fronteras sirio-israelíes, sobre todo en los Altos de Golán. Estos campos no se encuentran tan lejos de las posiciones del contingente español y otras unidades militares de UNIFIL. Se trata de un elemento muy preocupante en el marco de las crecientes tensiones en Líbano y la región.

http://www.amnesty.org/en/library/info/MDE18/010/2007

PALESTINIAN ISLAMIST GROUPS

 

Recent clashes between Palestinian factions in the camp of Ain el Hilwe near the southern port city of Sidon have brought to the fore a worrisome element in the complex Lebanese situation. The wide-ranging confrontations in Ain el Hilwe last weekend brought the PLO, led by Fatah, up against Jund al-Sham. This latter group belongs to the «Alliance of Palestinian Forces» which includes radical Islamist groups such as Hamas, Islamic Jihad, Esbat al Ansar (League of Partisans), and Jund al-Sham (the ancient term for Bilad al-Sham, a region which covers Syria, Lebanon, Jordan, Israel and the Palestinian territories). Jund al-Sham is a Sunni radical Muslim group that split off Esbat al-Ansar.

There are in Lebanon today more than 250,000 Palestinian refugees spread in 12 refugee camps since 1948.  In 1968, following clashes between the Lebanese Army and the Palestine Liberation Organization (PLO), the Cairo Agreements were signed giving the camps an extraterritorial status. The Lebanese army and security forces cannot enter the camps. Most of the refugee camps are supported by the United Nations Relief and Work Agency (UNRWA) and the PLO.

The Palestinian presence in Lebanon is a thorny issue for most Lebanese. In the Taef Accord that ended the civil war in 1989 the constitution clearly opposes any attempts at the permanent settlement of the Palestinian refugees in the country. Palestinians in Lebanon do not enjoy significant civil rights such as the right to work or to hold a Lebanese passport.

The summer 2007 clash in the Palestinian refugee camp of Nahr al- Bared between the Lebanese army and Fatah al Islam, a radical Islamist group, has opened a sore wound that needs to be dealt with. Sources in Lebanon believe that Fatah’s aim is to drag the Lebanese army to an open fight with radical Islamist groups by fomenting tensions in a way similar to what happened in Nahr al-Bared.

Some of these camps have become a festering ground for all kinds of salafist fringe groups and wanted criminals seeking refuge from Lebanese laws.

Who are these groups? Beginning in the early 1990s Esbat al Ansar, a terrorist organization, was created by a Palestinian radical leader Ahmed Abdel Karim al Saadi (aka Abu Mohsen). Abu Mohsen was condemned to death in absentia for the killing of a prominent Muslim leader in Beirut. Esbat al Ansar is also accused of blowing up stores that sell alcoholic beverages and religious establishments. With its 300 members it is present in the refugee camps of Ain al Hilwe and Nahr al Bared (before last summer’s clashes with the Lebanese Army).

The Palestinian presence in Lebanon has become a convenient political and military tool between the mainstream PLO factions and radical salafist groups trying to take control of the camps and recruit young Palestinians to fight with Al Qaeda in Iraq.

The presence and influence of these salafi groups is due to the lowering of the level of education given the lack of outside aid and the miserable conditions in the Palestinian refugee camps.

Lastly, the Palestinian card is being used by Syria and Israel as a potent tool to destabilize Lebanon and maintain calm on the Syrian-Israel borders mostly in the Golan Heights. These camps are not too far from the positions of the Spanish and other military contingents of UNIFIL.  This is an element to worry about among the growing tensions in Lebanon and the region.

http://www.amnesty.org/en/library/info/MDE18/010/2007

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