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El retorno de Bashar / The Return of Bashar

 

Bashar Al-Assad, Presidente de Siria y hombre de 42 años de edad, está siendo recibido con todos los honores por el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. 

Hasta hace poco, la comunidad global había aislado al régimen sirio por su responsabilidad en la desestabilización de Líbano, su apoyo de grupos violentos tales como Hizbulá en Líbano y Hamás en Gaza, y por ser un buen amigo del régimen de los mullahs en Irán. Por último, la administración Bush acusó al régimen sirio de desarrollar una bomba nuclear con la ayuda de Corea del Norte. Una acusación que Damasco negó con vehemencia. En 2005, se especulaba que los días del líder sirio estaban contados. Sobrevivió a varios desafíos (internos y externos) y aquí está otra vez, recibiendo aplausos como un actor relevante en el escenario de Oriente Medio. 

¿Qué explica el retorno del «autócrata con buena formación», como le denominó el diario francés Le Monde recientemente? 

Bashar al-Assad tomó las riendas del poder después de la trágica muerte de su hermano Basil. A quien su difunto padre, Hafez al-Assad, le había estado preparando para sucederle. 

Como buen aprendiz, Bashar al-Assad consiguió sortear los diversos campos de minas de la política doméstica siria, así como de las rivalidades regionales. Aprendió de su padre que la mejor estrategia para la supervivencia del régimen es la de agotar a los enemigos. 

Tras el asesinato del primer ministro de Líbano, Rafiq Hariri, en febrero de 2005, las tropas sirias tuvieron que marcharse del país después de casi treinta años de ocupación. Esto representó un duro golpe para el régimen sirio. Los sirios fueron invitados a Líbano por destacados líderes cristianos en 1976, para que les salvasen de los ataques de la coalición entre los izquierdistas libaneses con la OLP. Por entonces, el Presidente Hafez al-Assad, preocupado por que Líbano se convirtiera en otra Cuba y fuente de problemas para los intereses estratégicos sirios, claudicó. 

Las tropas sirias entraron en Líbano con la bendición de EE.UU. e Israel. Ambos países estaban preocupados porque la guerra civil en Líbano podría distraer del proceso de paz entre Egipto e Israel, el cual estaba apoyado por los norteamericanos. Los sirios utilizaron a Líbano como un cómodo feudo gracias a las rivalidades entre los líderes de las facciones libaneses, cada uno pendiente de hacer méritos con el régimen en Damasco. 

Hasta hace poco, las negociaciones entre Siria e Israel estaban estancadas, por mucho que estuvieran cerca del alcanzar un acuerdo. Bashar al-Assad entendió que, para que su país recuperara el respeto internacional, tenía que abrir negociaciones indirectas con los israelíes. El régimen sirio pidió ayuda a Turquía, y los turcos, que gozan de buenas relaciones tanto con Israel como con Siria, se la prestaron. Ahora Francia se presenta para desatascar las negociaciones entre Siria e Israel, con el apoyo indirecto, si bien poco entusiasta, de EE.UU. Bashar al-Assad espera que la nueva administración en la Casa Blanca, a principios de 2009, auspiciará una relación más cálida entre Damasco y Washington. 

Siria también ha mantenido sus relaciones cercanas con Irán. Los sirios habían apoyado a Teherán en su larga guerra contra Sadam Hussein de Irak. Cuando Sadam Hussein invadió Kuwait, el Presidente Hafez al-Assad envió tropas para apoyar los esfuerzos de la coalición occidental con el fin de expulsar a las tropas iraquíes del pequeño emirato del Golfo. Después de la invasión de EE.UU. a Irán en 2003, Siria e Irán,  temiendo una larga presencia norteamericana en la región, decidieron cimentar su relación y apoyar a los grupos violentos anti-occidente en Irak y la región. 

Siria se enfrenta hoy con varios retos, como las constantes violaciones de los derechos humanos, ejemplificadas con la encarcelación de varios opositores al régimen. En 2000, hubo esperanzas de que Bashar al-Assad relajaría el control férreo y brutal que sus fuerzas de seguridad ejercían sobre su país. La «Primavera de Damasco», como se le llamaba entonces, no duró mucho. Las medidas represivas fueron empleadas para aplastar cualquier participación pública en el proceso político. 

Bashar ha vuelto, con la ayuda de su amigo Nicolas Sarkozy. ¿Se trata de un matrimonio de conveniencia? ¿Cuánto durará el retorno de Bashar? ¿Qué hará el día que decida retirar su apoyo de grupos como Hizbulá y Hamás? ¿Cómo impactará sobre las relaciones de Siria con Irán? Todas resultan ser preguntas abiertas buscando respuestas. Pero, por ahora, ¡el León de Damasco ha vuelto!

http://www.crisisgroup.org/home/index.cfm?id=3369&l=1

http://news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/7505426.stm

  

THE RETURN OF BASHAR 

Bashar al-Assad, the 42 year old Syrian president, is now being welcomed with pomp and circumstance by France’s President Nicolas Sarkozy. 

Until recently, the Syrian regime was placed in isolation by the global community because of its involvement in destabilizing Lebanon, supporting violent groups such as Hezbollah in Lebanon and Hamas in Gaza, and being a close friend of the Iranian mullahs’ regime. Last but not least the Syrian regime was accused by the Bush administration of developing a nuclear bomb with the help of North Korea. An accusation vehemently denied in Damascus. In 2005, speculation was that the Syrian leader’s days were counted. He survived various internal and external challenges and here he is again welcomed as a major player on the Middle Eastern scene. 

What explains the return of the «well-educated autocrat» as the French daily newspaper Le Monde recently dubbed him? 

Bashar al-Assad took over the reins of power following the tragic death of his brother Basil. Basil was being groomed by their late father, Hafez al-Assad, to succeed him.

 As a good learner Bashar al-Assad succeeded in sailing through the various minefields of internal Syrian politics and regional rivalries. He learned from his father that the best strategy for the regime’s survival is to wait out your various enemies. 

Following the assassination of the Prime Minister of Lebanon, Rafiq Hariri in February 2005, Syrian troops were forced out of the country after almost thirty years of occupation. This was a major blow to the Syrian regime. The Syrians were invited to Lebanon in 1976 by prominent Christian leaders to save them from the onslaught of the Lebanese Leftist-PLO coalition. At that time President Hafez al-Assad obliged as he was concerned that Lebanon would turn into another Cuba and become a source of trouble for Syrian strategic interests. 

Syrian troops entered Lebanon with the blessing of the United States and Israel. Both countries were concerned that the ongoing civil war in Lebanon then could become a distraction to the American-sponsored peace process between Egypt and Israel. The Syrians used Lebanon as a convenient fiefdom thanks to the rivalries of Lebanese factional leaders each concerned to curry favour with the regime in Damascus.

 Until recently the negotiations between Syria and Israel were frozen even if the two countries were very close to an agreement. Bashar al-Assad understood that in order for his country to regain respect internationally it had to open indirect negotiations with the Israelis. The Syrian regime asked Turkey for help and the Turks, who have good relations with both Israel and Syria, offered it. Now France is stepping in to create a breakthrough in the negotiations between Syria and Israel with indirect but reluctant U.S. support. Bashar al-Assad hopes that, with a new administration in the White House in early 2009, the relationship between Damascus and Washington will warm up. 

Syria has also kept its close ties with Iran. The Syrians had supported Teheran in its long war against Saddam Hussein of Iraq. When Saddam Hussein invaded Kuwait, President Hafez al-Assad dispatched troops to support the Western coalition’s efforts to dislodge Iraqi troops from the small Gulf emirate.

Following the U.S. invasion of Iraq in 2003, Syria and Iran, fearful of a long American presence in the region, decided to tighten their relationship and support anti-Western violent groups in Iraq and the region. 

Syria is faced today with various challenges such as constant violations of human rights exemplified by jailing various opponents to the regime. In 2000, hopes were very high that Bashar al-Assad would relax his security forces’ tight and brutal control of his country. The «Damascus Spring» as it was then called did not last long. Repressive means were used to quash any open participation in the political process. 

Bashar is back with the help of his friend Nicolas Sarkozy. Is it a marriage of convenience? How long will Bashar’s return last? What will he do the day he decides to withdraw his support from groups such as Hezbollah and Hamas? How this will impact on Syria’s relations with Iran? All open questions searching for an answer. But for now, the Lion of Damascus is back!

http://www.crisisgroup.org/home/index.cfm?id=3369&l=1

http://news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/7505426.stm

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Las visiones de Sarkozy / Sarkozy’s Visions

 

El lunes es el Día de la Bastilla. Coincide con la celebración de una reunión (del 13 al 14 de julio), convocada por el presidente francés Nicolas Sarkozy,  que conduciría a la creación de una «Unión por el Mediterráneo.» 

Desde que asumió al poder, Sarkozy ha cambiado la orientación de la política exterior francesa para reflejar sus simpatías pro-Israel y pro-Estados Unidos. En Oriente Medio, Sarkozy ha decidido jugar un papel activo visitando Líbano (el 7 de junio) e Israel (del 22 al 24 de junio). Sarkozy ha realineado la política francesa en Oriente Medio para reflejar su deseo de empujar la menguante influencia de Francia en la región. 

¿Cuál es la visión de Sarkozy para Oriente Medio y el Mediterráneo? En un artículo publicado en el diario árabe Al Hayat del 9 de julio, Hasan Nafaa, un escritor egipcio, da su propia interpretación de la iniciativa para el Mediterráneo de Sarkozy. 

La política exterior de Sarkozy puede ser descrita en los siguientes términos:

 

  • 1. Permitir jugar a Francia un papel principal, a nivel internacional, a través del establecimiento de un acuerdo estratégico con los Estados Unidos.
  • 2. Aumentar el papel de Francia dentro de la OTAN
  • 3. Incrementar la presencia e influencia de Francia en el Mediterráneo. 

Según Nafaa, Sarkozy tuvo que alterar su plan original de la «Unión Mediterránea» para convertirlo en una «Unión por el Mediterráneo.» Este cambio se hizo principalmente por las presiones de Estados Unidos, Alemania, Turquía e Israel. Cada uno de estos países ha presionado para degradar la visión de Sarkozy. Estados Unidos teme una región mediterránea fuerte en la que Francia jugase un papel primordial. Alemania no quiere ser ensombrecida por una política exterior francesa que siempre ha sido diseñada para considerar los intereses alemanes. Turquía teme que la Unión por el Mediterráneo supondrá otro obstáculo para su adhesión a la Unión Europea. Israel mira el nuevo proyecto francés como un posible vehículo para ser aceptado e integrado, especialmente en los países árabes, sin pagar ningún tipo de precio. 

Nafaa escribe que para establecer la política exterior de su país, Sarkozy tuvo que enfrentarse a diversas contradicciones:

 

  • 1. Acercarse a Estados Unidos, no significa que Francia perdiese su independencia política tal y como la formularon sus predecesores.
  • 2. Acercarse a Israel permitirá a Francia jugar un papel más influyente en Oriente Medio.
  • 3. La participación activa de Francia en la OTAN ilustra la visión de Sarkozy de ver a Francia jugar un papel principal en un mundo multipolar en el que Europa, bajo el liderazgo francés, jugase un papel de apoyo y no se encontrarse bajo la dominación total de Estados Unidos. 

Nafaa escribe que la visión de Sarkozy, en lo que concierne a Oriente Medio, incluye un importante cambio de la política de su país respecto a Siria. Bajo el mandato del presidente Chirac, Francia adoptó una política de aislamiento total al régimen sirio. Sarkozy ha decidido cambiar eso y está invitando al presidente sirio Bashar al-Assad a que sea un jugador principal en los asuntos regionales.

 A diferencia de la última visita de George Bush a Israel, donde ignoró por completo las políticas israelíes en Jerusalén, y en los territorios palestinos, Sarkozy aseguró que su discurso al Knesset incluía una crítica a la política de asentamiento de Israel y su desenfrenada anexión de Jerusalén. 

Nafaa lamenta la falta de unidad entre los árabes en lo referente al grandioso proyecto de Sarkozy de la «Unión para el Mediterráneo.» Escribe que hasta que los árabes no «organicen» su casa, no serán tomados en serio a nivel internacional. «En realidad», Nafaa escribe, «La Unión por el Mediterráneo no es muy diferente del proceso de Barcelona. Por sus profundas divisiones, a día de hoy, los árabes se encuentran en peor lugar, y es muy probable que Sarkozy sea capaz de venderles un espejismo que creen que es agua.» 

http://www.diplomatie.gouv.fr/fr/europe_828/union-europeenne-monde_13399/union-mediterranee_17975/index.html

http://ec.europa.eu/external_relations/euromed/index_en.htm

 

SARKOZY’S VISIONS 

Monday is Bastille Day. It coincides with the convening (July 13-14) of a meeting hosted by French President Nicolas Sarkozy that would lead to the creation of a «Union for the Mediterranean.» 

Since he came to power Sarkozy has changed the focus of French foreign policy to reflect his pro-Israeli and pro-US sympathies. In the Middle East, Sarkozy has decided to play an activist role by visiting Lebanon on June 7 and Israel (June 22-24). Sarkozy has realigned French policy in the Middle East to reflect his wish to boost France’s waning influence in the region. 

What is Sarkozy’s vision for the Middle East and the Mediterranean? In an article published in yesterday’s in the daily Arabic-language newspaper Al Hayat (9 July) Hasan Nafaa, an Egyptian writer gives his own reading of Sarkozy’s Mediterranean initiative. 

Sarkozy’s foreign policy can be subsumed in the following tenets:

 

  1. Enable France to play a major role at the international level by establishing a closer strategic partnership with the U.S.
  2. Enhance France’s role within NATO
  3. Enlarge France’s presence and influence in the Mediterranean. 

According to Nafaa, Sarkozy had to alter his original plan for a «Mediterranean Union» to make it a «Union for the Mediterranean. This change was due mostly to pressures from the U.S., Germany, Turkey and Israel. Each of these countries has applied pressure to downgrade Sarkozy’s vision. The U.S. fears a strong Mediterranean region where France would play a major role. Germany does not want to be overshadowed by a French foreign policy that has always been tailored to take German concerns into consideration. Turkey fears that the Union for the Mediterranean will become another obstacle to its accession to EU membership. Israel looks at the new French project as a possible vehicle to be accepted and integrated especially in the Arab countries without paying any price. 

Nafaa writes that in order to formulate his country’s foreign policy Sarkozy had to deal with several contradictions. 

  1. Getting closer to the U.S. does not mean that France would lose its independent policy as formulated by his predecessors
  2. Getting closer to Israel will allow France to play a more influential role in the Middle East
  3. France’s active involvement within NATO illustrates Sarkozy’s vision to see France play a major role in a multipolar world whereby Europe, under French leadership, would play a supportive role and not be under the total dominance of the U.S.

 Nafaa writes that Sarkozy’s vision as far as the Middle East is concerned includes a major shift of his country’s policy towards Syria. Under President Chirac, France adopted a policy of total isolation against the Syrian regime. Sarkozy has decided to change that and is hosting Syria’s president Bashar al-Assad as a major player in regional affairs. 

Unlike George Bush’s last visit to Israel where he totally ignored Israeli policies in Jerusalem, and the Palestinian territories, Sarkozy made sure that his speech to the Knesset included a criticism of Israel’s settlement policy and its rampant annexation of Jerusalem. 

Nafaa laments the lack of unity among the Arabs as far as Sarkozy’s grandiose «Union for the Mediterranean» project. He writes that as long as the Arabs do not get their house in order they will not be taken seriously internationally. «In reality,» Nafaa writes, » The Union for the Mediterranean is not too different from the Barcelona process. Because of their deep divisions, the Arabs today are in a worse shape and it is very likely that Sarkozy will be able to sell them a mirage they believe is water.» 

http://www.diplomatie.gouv.fr/fr/europe_828/union-europeenne-monde_13399/union-mediterranee_17975/index.html

http://ec.europa.eu/external_relations/euromed/index_en.htm

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TURQUÍA Y LA UNIÓN EUROPEA / TURKEY AND THE EU

 

Turquía es un importante país ubicado entre Europa y Asia, un ejemplo vivo de la Alianza de Civilizaciones tan querida por el Presidente español Jose Luis Rodriguez Zapatero. Turquía juega un papel de mediación muy importante para sentar a la mesa de negociaciones a sirios e israelíes. Por último,  Turquía es un jugador clave en la actual situación en Irak. 

El punto muerto en el que se encuentran las negociaciones entre Turquía y la Unión Europa está minando las fuerzas seculares en el país, quienes esperan un cambio de mentalidad en algunas capitales europeas, sobre todo en París. El 1 de julio, Francia tomará la presidencia de la Unión Europea y el presidente Sarkozy ha expresado abiertamente su oposición a que Turquía sea miembro. Los sentimientos europeos hacia Turquía pueden resumirse en estas dos declaraciones.  Los conservadores europeos dicen que Turquía es «demasiado grande, demasiado pobre y demasiado musulmana.» Mientras tanto, el anterior Ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer, sintetizó la opinión de la izquierda europea: «Modernizar un país islámico basándose en los valores comunes europeos sería una gran victoria de los segundos en la guerra contra el terrorismo.» 

Las negociaciones sobre la entrada turca en la Unión Europea empezaron hace 45 años. En julio 1959 el entonces primer ministro turco mandó una petición de asociación a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE). Las discusiones preliminares entre ambas partes se paralizaron con el golpe militar en Turquía de 1960. No fue hasta septiembre de 1963 cuando se firmó un acuerdo de asociación entre las dos partes. 

El acuerdo de asociación constaba de tres fases: la preparatoria, que duraría cinco años; una de transición, que duraría 12 años, según la cual, en acuerdo con la CEE, se suponía que se darían los pasos en la dirección de una unión aduanera; y la última fase, en la que se iba a consolidar la unión aduanera y la coordinación de políticas económicas entre ambas partes. 

Las relaciones entre Europa y Turquía eran desiguales ya que, por una parte, las exportaciones de la CEE hacia Turquía eran sobre todo de bienes industriales y de flujo de capital. Las exportaciones de Turquía, por otra, eran sobre todo productos agrícolas, textiles y mano de obra. Las comunidades inmigrantes turcas en Alemania, Austria y otros países suponían una fuente principal de ingresos para aminorar el déficit comercial entre Turquía y la CEE. La comunidad empresarial turca estaba preocupada, sobre todo, porque una bajada de tarifas proteccionistas socavaría y debilitaría el incipiente sector industrial. La Unión Europea es el socio económico más importante de Turquía. En 1965, un 33,8% de los productos turcos fueron a parar en la CEE, un 48,9% en 1976, un 43,8% en 1986 y un 46,6% en 1989.

  A lo largo de las décadas de los setenta y ochenta se produce una congelación de las negociaciones entre las dos partes. Esto se debe al memorando militar turco de 1971, la invasión turca de Chipre en el verano de 1974, y el golpe militar de septiembre de 1980 en Turquía. 

En diciembre de 1995, la unión aduanera entre la UE y Turquía fue firmada a pesar de las tensiones reinantes en ese momento entre el Consejo Europeo y Ankara. No era hasta la cumbre europea en Helsinki (diciembre 1999) que el Consejo Europeo reconoció el status de Turquía como candidato a miembro de la UE. En el ínterin, el gobierno turco se encargó de la iniciación e implantación de una serie de medidas drásticas para equiparar la situación política y económica con los estándares de la UE. 

Sin embargo, la candidatura de Turquía se tuvo que enfrentar a la oposición por parte de los griegos, debido a su ocupación militar del Norte de Chipre (Turquia estableció la República Turca del Norte de Chipre). Es curioso que fueran precisamente los chipriotas turcos los que votaron de forma masiva (75,8%) a favor de un referéndum apoyado por las Naciones Unidas para unificar la isla, en abril de 2004, mientras que un 64% de los chipriotas griegos votaron en contra. 

Sería poco inteligente por parte de la UE dejar a Turquía fuera del rebaño europeo. El intento por parte del Primer Ministro, Recep Tayyip Erdogan, de llegar a un «maridaje» histórico entre el Islam y un estado secular debería ser aplaudido y protegido. Aislar a una civilización importante por unos limitados intereses políticos será una contradicción absoluta de los principios fundacionales de Europa. Que Turquía sea un miembro de la UE es un paso importante hacia la consolidación de estos principios. 

http://www.usip.org/library/topics/turkeyeu.html

http://www.turkishembassy.org/index.php?option=com_content&task=view&id=57&Itemid=235#ankara

 

 TURKEY AND THE EU 

Turkey is an important country sitting between Europe and Asia, a living example of the Alliance of Civilizations dear to Spanish President José Luis Rodríguez Zapatero’s heart. Turkey is also playing a very important mediating role to bring Syrians and Israelis to the negotiating table. Last but not least, Turkey is a key player in the current situation in Iraq. 

The current stalemate in negotiations between Turkey and the EU is undermining the secular forces in the country who are hoping for a change of heart in some European capitals, particularly Paris. As of July 1 France will be chairing the EU presidency and President Sarkozy has openly expressed his opposition to Turkish membership. European feelings towards Turkey can be summed up in the following two statements. European conservatives state that Turkey is «too big, too poor and too Muslim.» Meanwhile the opinion of Europe’s Left was expressed by Germany’s former foreign minister, Joschka Fischer, who stated:» To modernize an Islamic country based on Europe’s common values would be a great victory of the latter against the war on terrorism.» 

Turkish membership negotiation with the EU began 45 years ago. In July 1959 the then Turkish prime minister submitted an association request to the then European Economic Community (EEC). Exploratory discussions between the two sides were frozen by the military coup in Turkey in May 1960. It was not until September 1963 that an association agreement was sealed between the two sides. 

The association agreement included three stages: a preparatory stage that would last for five years, a transitional stage that would last 12 years under which, in common agreement with the EEC, steps towards a customs union were supposed to take effect; the last stage was supposed to witness the consolidation of the customs union and the coordination of economic policies between the two parties. 

The relationship between Europe and Turkey was lopsided as on the one hand, EEC exports towards Turkey were mainly industrial goods and flow of capitals. Turkey’s exports, on the other, were mostly agricultural products, textile and manpower. Turkish immigrant communities in Germany, Austria and other countries were a main source of revenue to close the trade deficit between Turkey and the EEC. The Turkish business community was mostly concerned that a lowering of protectionist tariffs would undermine and weaken the budding industrial sector. The EU remains Turkey’s most privileged economic partner. In 1965, 33.8% of Turkish products went to the EEC, 48.9% in 1976, 43.8% in 1986 and 46.6% in 1989. 

In the 1970s and 1980s we witness a freezing of negotiations between the two sides. This was due to the 1971 Turkish military memorandum, the Turkish invasion of Cyprus in the summer of 1974, and the September 1980 military coup in Turkey. 

In December 1995 the customs union between the EU and Turkey was signed despite ongoing tensions between the European Council and Ankara. It was not until the European summit in Helsinki (December 1999) that the European Council recognized Turkey’s status as a candidate for membership within the EU. In the meanwhile the Turkish government took upon itself the initiation and implementation of a series of tough measures to align Turkey’s political and economic situation with EU standards. 

Nonetheless, Turkey’s membership had to face Greek opposition because of its military occupation of Northern Cyprus (Turkey established the Turkish Republic of Northern Cyprus). Ironically it was the Turkish Cypriots who massively voted in favour of a UN sponsored referendum to unify the island in April 2004, whereas on the Greek Cypriot side there was a 64% vote against the motion. 

It would be foolish for the EU to leave Turkey outside the European fold. Prime Minister Recep Tayyip Erdogan’s attempt to find a historic compromise between Islam and secularism ought to be fostered and protected. Isolating an important civilization for narrow political interests will be in total contradiction to Europe’s founding principles. Turkish EU membership is an important step towards consolidating these principles. 

http://www.usip.org/library/topics/turkeyeu.html

http://www.turkishembassy.org/index.php?option=com_content&task=view&id=57&Itemid=235#ankara

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